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Las revisiones de examen se ven como “voy a ver si me aprueban” o “voy a rascar unas décimas” y si se saca buena nota parece que incluso se va de sobrado diciendo “vengo a ver los fallos que he tenido”. A lo largo de la carrera universitaria me he dado cuenta de que las revisiones de examen pueden ayudarte a mejorar la nota de exámenes que ni siquiera has hecho.

One way to kill an opportunity is to avoid taking it.

Jack Canfield

⏫ La revisión clásica

Los aspectos más típicos de una revisión son comprobar que la nota esté bien sumada y ver dónde se ha fallado. Aunque más adelante comente otros aspecto interesantes de las revisiones, NUNCA olvides comprobar estos dos.

Todos tenemos algún compañero a quien no le han corregido algún ejercicio, le ha faltado por sumar alguna parte o incluso le han sumado de más. Aunque la nota se haya sacado a ordenador, comprueba que no haya ninguna errata.

En cuanto a los fallos, yo rara vez he sacado provecho de todos al verlos, pero me doy por satisfecho con salir de la revisión con al menos uno o dos aprendidos. ¿Cuál era la opción correcta y por qué? ¿Cómo puedo evitar cometer fallos similares en un futuro?…

🔎 Evaluar las preguntas y corrección

Además de estudiar y saber cómo hacer exámenes, si conocemos cómo suelen ser las preguntas de cada profesor, nuestras probabilidades de éxito aumentan. Por motivos como este, hay estudiantes que se presentan a un examen sólo por verlo si no han podido estudiarlo bien. En las revisiones a veces consigues incluso un punto extra de información, puesto que el propio docente puede comentarte qué es lo que buscaba con alguna pregunta.

Al igual que identificar patrones o cómo pregunta un profesor es importante, conocer su forma de corregir también lo es para las preguntas de desarrollo. Hay muchísimas formas de corregir: usar sus diapositivas, comentarios suyos basados en las clases y bibliografía, seguir una plantilla, dejar expresión propia si es correcta y justificada, etc. Es habitual que veamos a un mismo profesor en varios exámenes, no cierres la puerta a esta oportunidad si la ves abierta.

⚙ Conocerte a ti mismo/a

Por último, ¿cómo voy a mencionar los patrones ajenos y no hacerlo con los nuestros propios? El patrón más habitual que buscamos está relacionado con nuestro errores habituales (enunciado mal leído, alguna palabra cruzada, fallos tontos con alguna cuenta…), pero no debemos olvidar otras cosas que pasan por nuestra cabeza en un examen, como las dudas.

En los exámenes, siempre llevo un lápiz para hacer algún borrador y, sobre todo, para señalar todas mis dudas. Uno de los objetivos es no perder tiempo; el otro es identificar lo que debo priorizar en la revisión. En los exámenes de desarrollo no le he sacado tanto partido a esa información, pero en los tipo test ojalá lo hubiera hecho antes.

Cuando el objetivo es la nota máxima, cualquier duda en un test con negativos es horrible. Marcar a lápiz las preguntas dudosas —junto con la respuesta pensada si se deja en blanco— te permitirá generar un índice de confianza en tu intuición. Me explico, podrás saber tu probabilidad de acierto en caso de duda y, con ella, establecerás tu estrategia de respuesta en función de la penalización del examen: no te la juegues si es ~50% y dudas en dos de V/F, pero plantéate hacerlo si son de cuatro opciones.


Los errores y la experiencia son dos de los mejores profesores en nuestra vida. Una revisión de examen parece que solo nos enseña desde los errores, pero tenemos que exprimir al máximo los puntos de experiencia que contiene.