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La curiosidad es algo que desborda de nuestro cuerpo desde pequeños, queremos probar cualquier cosa con lo que tenemos a nuestro alcance y buscarle sentido a todo. Así, aprendemos lo que se puede hacer, lo que es mejor no hacer y lo que es “sin más”. Según crecemos, sin embargo, vamos perdiendo esa curiosidad y, en muchas ocasiones, no la llegamos a recuperar. ¿Acaso nos da miedo parecer infantiles? ¿O simplemente ha aparecido un filtro que decide si merece la pena sentir curiosidad por algo o no?

Porque somos curiosos, la curiosidad nos guía por nuevos caminos.

walt disneY

👩‍🏫 Nuestra primera profesora

Desde pequeños, aprendemos mediante ensayo y error, y el detonante de esto es tomar una decisión. Cada decisión nos puede llevar por múltiples caminos, los habrá buenos, malos o que no tengan un resultado específico. En cualquier caso, no hay que quitarle validez a un camino porque nos lleve a un resultado indeseado. Como dice Jeff Bezos, la mayoría de las decisiones son reversibles, son caminos de doble sentido. Hay que ser meticuloso ante un camino irreversible, pero aprovecha al máximo los reversibles para experimentar y aprender.

👻 Miedo a fallar

Según vamos creciendo, empieza a asomar la cabeza el miedo a fallar. En parte, es una medida defensiva para evitar los ensayos con desenlace peligroso —sí, meter los dedos en un enchufe no es buena idea—, pero este no es el caso para muchas de nuestras decisiones. Lo que empieza, por ejemplo, con no tocar algo de valor por miedo a estropearlo, acaba ampliándose a cosas y situaciones sin apenas consecuencias negativas. En casos de desconocimiento o incertidumbre, pasamos de tener curiosidad e iniciativa a que nos gane el miedo.

De pequeños, nuestras decisiones nos abrían las puertas a múltiples caminos. Cuando el miedo gana terreno, nuestra ausencia de decisiones nos deja en una sala con todas las puertas cerradas.

Cada situación es única, pero suele ser mejor tener la llave de muchas puertas que de ninguna.

🌐 Internet y la curiosidad

Internet tiene muchísima información valiosísima, pero es muy fácil acabar saturado, abrumado o incluso absorto con ella. Hay tantas cosas que nos llaman la atención que acabamos por “desensibilizarnos”. Cada vez necesitamos estímulos mayores para atraernos y se nos pasan montones de oportunidades aparentemente pequeñas, pero con enorme potencial.

También podemos verlo desde el lado opuesto. Aquellas personas con una creatividad increíble o interés por compartir lo que consideran útil y/o interesante tienen una oportunidad de oro con la globalización.

Internet es, por tanto, un arma de doble filo para nuestra curiosidad y está en nuestras manos saber utilizarla para no cortarnos. El año pasado escuché en este episodio de Deep Dive una cita totalmente aplicable a este tema: “Don’t let the quest for more distract you from the beauty of enough” (Sahil Bloom). Se ha convertido en una de mis citas favoritas.

¿Qué me ha dado la curiosidad?

Siendo sincero, daría para un libro todo lo que nos ha dado esta cualidad a ti y a mí. Voy a incluir algunos ejemplos para que sirvan como apoyo a lo que he escrito y sacar algunas conclusiones.

🌓 Convertir los errores en nuevas oportunidades

Descubrir a partir de un error o una acción involuntaria, así podría definirse mi relación con los atajos de teclado. Muchas veces pulso la tecla que no toca y me sale una acción totalmente inesperada. Adoro los atajos de teclado, así que esto me llama la atención e intento replicarlo o saber qué ha pasado. Después, busco incluso información adicional para ampliar la información obtenida de ese input.

Puede parecer una tontería, pero con esto pueden aparecerme nuevas herramientas de uso puntual y rutinario, me lo paso bien y gano agilidad navegando por el ordenador.

👣 La multiplicación de pequeños pasos

Como ya menciono con más detalle en el siguiente artículo, la información no siempre nos llega en el momento adecuado. Eso no significa que sea información inútil, sino que debemos volver a ella cuando nos aparezca la oportunidad de aprovecharla.

A lo largo de la vida vamos aprendiendo pequeñas cosas que no parecen tener gran sentido práctico, pero que pueden llegar a ser ingredientes para algo que tenga un impacto enorme en nosotros. En mi caso, este blog sería la suma —o multiplicación— de esos pequeños ingredientes: una clase sobre Google Sites en la Universidad, descubrir las técnicas de estudio, querer compartir esa información y querer controlar mi presencia en internet. Cuando se combinaron los ingredientes y surgió la idea, era inevitable que apareciera la pregunta “¿cómo puedo lograrlo?”. Esa fue la oportunidad para aprovechar la información y aprender sobre páginas web, consejos de redacción, etc.

Este blog fue la primera receta y, con ella, surgieron otras que, a su vez, me guiarán en un futuro a otras hasta tener un libro con ellas.

🎁 Un regalo especial

Más que un regalo, serían varios. Cuando llegan los cumpleaños, es un clásico que empiecen a crearse grupos de elevadísima confidencialidad y la gente se estruje los sesos pensando en regalos. Yo soy horrible para este tipo de cosas, pero he tenido varios momentos de lucidez. La clave estuvo en darle una vuelta a lo que sé y quitar un poco de filtro; como dirían los angloparlantes: “think outside the box“.

Entre las ideas que acabaron surgiendo, hubo fotografías editadas con GIMP, un resumen sin contexto de mi primer grupo de rol, textos llenos de referencias que sólo esa persona entendería e incluso un escape room personalizado.

Dejando el perfeccionismo de lado y utilizando nuestras herramientas, nos damos cuenta de que valemos mucho y podemos hacer cosas muy especiales.

👓 Ampliar nuestro punto de mira y empatía.

Es obvio que no podemos saber de todo y es uno de los motivos por los que es tan positivo conocer a gente con otros intereses o aprender cosas nuevas. Del mismo modo, el propio desconocimiento de un tema puede hacer que lo infravaloremos o sobrevaloremos.

Durante el curso pasado, fui a una sesión de grabación de unos amigos de la Facultad (Aula 7) y me di cuenta de todo el trabajo que había detrás. No es que tuvieran sin más una cámara y un par de micros, sino que había 3 cámaras, los micros de la mesa conectados a sus respectivos dispositivos y aplicaciones, el control de tiempos de grabación y muchas otras cosas.

En ejemplos como este, aprendes, aprecias más el trabajo de los demás, te interesas más por ello e incluso puedes reforzar el vínculo con esas personas. Además, si alguien muestra interés por algo que te gusta, es más probable que tú llegues a prestarle más atención a lo que le interesa a la otra persona por pura empatía. Así, se pueden generar nuevas cadenas de intereses y relaciones.

Conclusiones

Como has podido comprobar, la curiosidad tiene multitud de virtudes, pudiendo…:

  • Crear posibilidades y oportunidades.
  • Crear una cadena de interés por aprender lo necesario para llegar a una meta.
  • Potenciar la creatividad al abrir la mente y combinar nuevas habilidades.
  • Ofrecer nuevas perspectivas que enseñan a apreciar el interés de otras personas por un tema o el trabajo que hay detrás de algo.

Quizás sea por mi espíritu científico y las ganas de conocer lo que me rodea, pero considero que la curiosidad es una de las características más bonitas y prácticas de muchos seres vivos. No sólo por todo lo que nos enseña, sino también por darnos una de las habilidades más poderosas, la versatilidad.