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Los exámenes tipo test son la viva imagen del amor-odio para muchas personas. Mucha gente adora que sea su vía de escape de un examen de desarrollo o pregunta corta, pero odia a su demonio llamado penalización por error o su gemela la ambigüedad. Estamos ante un oponente que parece inofensivo, pero es capaz de devorarte si te descuidas, así que debes aprender a lidiar con él.

Esta es la primera parte de la guía de exámenes tipo test, donde aprenderás trucos básicos y cuántas respuestas necesitas para lograr tu objetivo. En la segunda parte, aplicarás lo aprendido aquí en un protocolo completo.

Ganará quien sabe cuándo luchar y cuándo no luchar.

SUN TZU (EL ARTE DE LA GUERRA)

🕵️‍♂️Exámenes tipo test: Conociendo al oponente

Ya a finales del instituto, empieza a asomar la cabeza este tipo de exámenes y, después, se convierte el modelo que adoptan muchísimos exámenes (universitarios, de conducir, oposiciones…). A primera vista parece inofensivo, pero se puede convertir en un oponente muy duro si no se aprende a lidiar con él.

Al igual que con cualquier otro examen o las técnicas de estudio, hay que leerse el manual de instrucciones antes de comenzar. Yo soy de esas personas que se lee las instrucciones, pero en este caso, me ha costado 5 años darme cuenta de que sólo me había leído una parte.

Los exámenes de tipo test son uno de mis puntos débiles, así que tenía aprender cómo funcionaban y buscar trucos. Lo primero que encontré fueron consejos a tener en cuenta en relación a los enunciados, entre los ejemplos más clásicos están:

  • Las opciones “siempre” y “nunca” suelen ser falsas.
  • La opción más larga suele ser correcta.
  • La opción “todas son falsas” es más probable que sea falsa.
  • Descartar las opciones inadecuadas es una buena estrategia si no se sabe la opción adecuada de primeras —incluso para comprobarla si la sabes—.

Hay más ejemplos disponibles tanto en vídeos, artículos, libros… Este vídeo de Pablo Lomeli incluye algunos trucos más que no he mencionado.

🔮La fórmula mágica para aumentar tus opciones de aprobar

¿Cuántas preguntas tengo que responder en un examen tipo test para aprobar? Esta es una pregunta que muchísima gente se hace y supone un quebradero de cabeza tremendo en mitad del examen. La respuestas típicas son “tengo que responder a la mitad y alguna más por si acaso” o “acabo respondiendo a todas”, pero seamos realistas, no es que generen mucha seguridad.

Es muy probable que un sudor frío recorra la frente y la cabeza eche humo de tanto pensar cuando se está delante del examen y no se ha llegado a esa mitad de respuestas o se ha llegado por los pelo. ¿Cuántas preguntas son “alguna más por si acaso”? Ojalá combinar “algunas más”, “por si acaso” y el factor X de tachar la respuesta se tradujera en las supernenas. Sin embargo, lo más probable es acabar dando un salto de fe y responder a todo lo que pase por delante de nuestro boli. Esto suele traducirse en errores innecesarios que pueden comprometer nuestra nota.

Para prevenir este problema, Carlos Pes publicó en su web un artículo con la fórmula que demolería la incertidumbre cambiando el “alguna más” por un número exacto. El autor explica de forma increíble cómo ha llegado a la fórmula y justifica su utilidad —recomiendo muchísimo leerlo—. De todos modos, el limitante de la fórmula es que sólo es aplicable de forma óptima para para el aprobado y bajo la condición de que sea un 50 % de la nota máxima.

🤔¿Y si busco algo más que aprobar o apruebo con un 6?

Muchas veces me encuentro con estrategias o situaciones que sólo miran al aprobado, por lo que siempre trato de defender al otro colectivo de estudiantes que tiene la posibilidad —o necesidad— de ir más allá.

Después de admirar y entender la fórmula de Carlos Pes, fue inevitable que me surgiera una pregunta: ¿puede crearse una fórmula que no sólo sirva para aprobar, sino para (casi) cualquier nota? Tras mucho pensar y trastear con Excel y la fórmula del aprobado, mi respuesta es .

N x O + n x (1 + r)

  • N = número de preguntas del examen.
  • O = calificación objetivo (%) → ej.: 60 % = 6/10.
  • r = número de fallos que anulan un acierto (reinicio)ej.: acierto vale 1 y fallo resta 0,25 = 4 fallos anulan 1 acierto.
  • n = orden de la respuesta óptima (1ª, 2ª, 3ª…)

Con esta fórmula se obtienen todas las cantidades de respuestas que te pueden ofrecer una probabilidad muy elevada de conseguir tu objetivo. Como ejemplo de mi fórmula, voy a escoger los siguientes datos: Examen de 30 preguntas con 4 opciones, acertar vale 1 punto, fallar penaliza 0,25 puntos.

Situación A: Si quiero sacar un 5 (50 %), la fórmula me dará un máximo de 3 valores (20, 25 o 30 respuestas). Situación B: Si quiero sacar un 7,67 (76,7 %), el número óptimo de respuestas es sólo 28, puesto que la siguiente opción serían 33 respuestas y sólo hay 30 preguntas.

Esto se traduciría en que, por ejemplo, en la situación A, la fórmula me indica que responder 20 preguntas es mejor que 16, 17, 18 o 19; ya que 1 acierto me compensa 4 errores. Esto explica por qué cada número óptimo de respuestas se separa por (1 + r) preguntas.

Es cierto que podría partirse desde n = 0 en lugar de n = 1, consiguiendo así 1 número óptimo de respuestas adicional (15 y 23 respuestas en las situaciones anteriores respectivamente), pero con esto NO podrían permitirse fallos.

Esta fórmula ofrece una gran ventaja para el estudiante, pero no está exenta de condicionantes. Cada número óptimo de respuestas está sujeto a un número máximo de fallos, que se puede calcular con la multiplicación n x r. Esto es, en la situación A tendríamos las siguientes combinaciones:

Nº respuestas óptimoNº fallos asumibles
20 respuestas4 fallos
25 respuestas8 fallos
30 respuestas12 fallos

🎁Regalo por llegar hasta el final

Por último, adjunto unos regalitos que servirán de apoyo a lo visto sobre la fórmula:

  • Un Excel automatizado para calcular los números óptimos de respuestas y obtener una matriz con todas las notas posibles del examen.
  • El Excel también incluye un tabla para poder incluir datos personales de las revisiones del examen, así podrá complementarse con el protocolo del siguiente artículo, reforzando la confianza en los porcentajes que se indiquen.

Al igual que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, una gran fórmula también conlleva unas condiciones sabias de uso.